viernes, 6 de febrero de 2009

El teatro invisible

"Volver a México significó para mí grandes retos. La realidad cultural, social y económica es muy diferente a la española y necesita respuestas nuevas. Manejar las herramientas teatrales para crear un espectáculo no me satisfacía. El problema de la pobreza, la ignorancia y la inseguridad en la que vivimos los mexicanos me ha hecho reflexionar en la utilidad del teatro como una herramienta de transformación social.

A comienzos del año pasado me inscribí a un diplomado sobre psicodrama por consejo de un amigo psicólogo y pedagogo. El teatro, creo, necesita ayudarse de otras disciplinas para poder llevar a cabo transformaciones más profundas de los individuos y la sociedad. En estos momentos estoy trabajando para una asociación civil creando talleres de prevención del delito y cultura de la legalidad. Estos talleres están impregnados de ejercicios teatrales para hacer comprender más fácilmente los mensajes.

Junto con dos compañías teatrales, La biznaga y Tal por cual, estoy planeando hacer una serie de intervenciones viales para cambiar la conducta de los automovilistas de la Ciudad de México. Las dos compañías han trabajado en el metro y en las calles creando del espectador un personaje; robando la identidad de espacios y tiempos.

La fuerza del teatro no se encuentra en los edificios, ni en los libros, ni en los artistas. El drama penetra en lo más profundo de nuestras pasiones y pensamientos. El teatro que más me interesa es el invisible, ese que no se muestra en un escenario sino en las casas, en las calles y en las oficinas. Las máscaras que usamos diariamente, las palabras que ocultamos, las pasiones que queremos olvidar.

El próximo verano comenzaré a dar un taller de creatividad teatral en una oficina. Los participantes podrán, mediante simples modificaciones de su conducta, teatralizar su persona. ¿Qué pasaría si mientras te maquillas por la mañana te quitaras tu máscara y te pusieras la de Macbeth para ir a trabajar? Mi objetivo no es sacar al teatro a la calle, es meterlo en las venas de todos los que respiran.

Estoy en búsqueda de un teatro más puro y solitario. Encontré al teatro metido entre mis sábanas, dentro de mi tarro de cerveza y una paella familiar. Mi proyecto actual, el teatro invisible, está muy alejado de la ficción, se concentra en crear personajes en y para la vida diaria."