Ayer conocí a Federico Catalano, un editor. Él es argentino pero ha vivido mucho tiempo en México. Dice que no le gusta Argentina para vivir, prefiere extrañarla. Un hijo suyo vive en Francia y otro en México. Trabaja en una editorial donde publican libros-regalo, se llama Vergara & Riba Editoras. Me ofreció trabajo como corrector de estilo. Me dijo cómo entrarle al mundo editorial. Necesito revisar los catálogos de las editoriales, escribir algo que pueda interesarles e ir a venderlo. De pronto, ventas se junta con la escritura. Sin embargo, me gusta esta opción. Es como tener un producto y venderlo, ser artesano y distribuidor. Voy a ponerme las pilas. Ya me estoy hartando por no tener nada fijo.
Me estoy obsesionando con esto del trabajo, me pongo a pensar que todo el mundo tiene trabajo menos yo, que soy un huevón... Pero seré más positivo. Si lo pienso y me quito las ansias me doy cuenta que ando contento, apenas llevo un mes acá. Estoy feliz de estar cerca de Paola, de Lila, de mi sisterna, de mis jefes. Estar en México me inspira, estoy teniendo mucho tiempo para pensar y para escribir. Estoy editando la revista de la oficina de mi jefe, con la que estoy aprendiendo mucho, y que me servirá de currículum.
No he ido mucho al teatro. Fui a ver Defendiendo al Cavernícola. Como obra no vale demasiado pero es increíble cómo le llega al público...
Hoy me fui a andar en bici con Lila, a Chapultepec, está agusto, según que vamos a hacerlo todos los martes y los jueves por la mañana, estuvo rico. Luego desayunamos jugo de naranja y zanahoria en su casa.
martes, 30 de octubre de 2007
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