martes, 5 de mayo de 2009

Selva en el desierto

A Ecuador, a sus desiertos, sus picos y sus selvas

Caminando encontré 25 cocodrilos
en la calle bailaban
en los bares cantaban
en las ferias compraban
jugos, fruta y agua

Al amanecer su frescura acabó
uno aventuró
oasis en desierto soñar:
descubrió él cómo llorar
en la sequedad
gotas sin necedad.

(escucha su llanto / del frío mordido / por agua revivido)

En un oasis ya
convertido se ha
ese cocodrilo

se queda
su huella
de vida
sin espera
se queda
(también)
un oasis
una estela
esa lágrima joven
perene
rumbera

yo te lloraré
lágrimas de cocodrilo
no las secas jamás
ni las tristes verdá

yo te lloraré
lágrimas de cocodrilo
racimos de dátiles
hojas de guaraná

yo te lloraré
lágrimas del cocodrilo
enjuagareme
quizá
la sequedá
del destino

yo te lloraré
lágrimas de cocodrilo
tú nunca sabrás
donde yo me he metido

Quito, MayoCeroNueve

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