viernes, 21 de diciembre de 2007

Baco

Me había propuesto escribir una obra para un concurso de la SSP. El plazo termina el diez de enero. Comencé con esto:

I


Antígona y Edipo. En su cocina. Cenan alcachofas.


A; No hay papaya / no es temporada / de papaya. / Hay melón / sandía / mangos dulces / ciruelas ácidas. / Pero no hay / papaya.
E; Nada / cenaré entonces / me da asco tu cara.
A; Será porque a ti / me parezco yo.
E; A la puta de tu madre / te pareces tú.
A; Me dijeron / en la escuela / que tendría mañana / que ir.
E; ¿Con quién / me quedaré yo?
A; Solo.
E; Solo / no puedo estar.
A; Podrías / la vida quitarte.
E; Te gustaría / pero esperaré, / vengan a quitármela a mí.
A; Que no tarden / o me la quito yo.
E; ¿A mí?
A; A mí.
E; Nada vale.
A; Tanto / que sin mí / estar no puedes.
E; Me lo debes / soy tu padre.
A; Esa deuda / terminé de pagar / años atrás. / Las cicatrices hablan solas.
E; Entonces lárgate / nadie te obliga.
A; Mi corazón / de madre.
E; De puta, / de imbécil.
A; No me grites.
E; (susurrando) De puta, / de hija de puta, / imbécil.
A; La escogiste / tú.
E; Y de ella / me deshice. / De sabios es errar.
A; De sabios es / saber errar. (Sale.)

--------

Edipo, al público.

E; Un buen padre / no fui. / Ni un buen marido. / Las golpeaba / las dos / se dejaban / sobrios todos o borrachos todos / en una masa de piel / sangre / y saliva / vivíamos de la mañana al final del día. / Me gustaba / beber hasta el amanecer ver / hasta decir no puedo / ponerme ya de pie. / Y al despertar / amenazaba / sin ojos ver / sin escuchar palabra / golpeaba por golpear / por mi ira deshacer / en las caras tristes / de mi hija y mujer. / ¿Cómo explicar / la satisfacción de hacer / a los amados sufrir? / In / ex / pli / ca / ble / mente / hermoso. / El placer de ver llover / sangre de narices y ojos. / El disgusto de saber que se podía sonreír / con labios rotos. / Por eso maté / de mi hija a su madre. / Porque entristecía / si pasaba un día / sin mi fuerza sentir. / Era puta / y madre de hija imbécil / pendejas las dos. / Un varón / más / hubiera dado vida y paz / a esta casa / su casa / de ustedes.

Antígona, Caín y Abel, junto a fuego y cucharas.

A; De ti me fío / no de tu hermano.
CA; Está ciego, sordo y mudo.
A; No es por eso / que de él / no me fío.
CA; Él es bueno / siempre al lado mío / me ha servido.
A; Hablaría / no se callaría / una infamia es.
CA; ¿Qué es?
A; Comienza a preguntar / ya. / ¿Lo ves?
CA; No es él / sino yo que pregunto / ¿qué es?
A; ¿Y tú / nada dirás?
CA; Nada.
A; ¿No gritarás / sin fuerza en las manos? / ¡Esta es puta / puta nacida de puta / puta muerta y puta viva!
CA; Puta mi madre solo. / Tú eres ángel / o diablo / pero de hecho divino.
A; ¿Tú me quieres?
CA; Yo te amo.
A; Bien sabes / que no puedo / contigo estar.
CA; A tu padre / habría que matar.
A; Eso quiero.
CA; ¿Lo quieres ya? / Yo te doy / pistola o cuchillo.
A; Yo te pido / que lo mates tú.
CA; Una jeringa / te inyecto / en la dulce vena del brazo. / Mas no una ácida suerte / en cuello viejo.
A; Te lo pido.
CA; No lo hago. / Solo no.
A; Yo te pago.
CA; Solo no. / Sino con mi hermano, sólo.
A; Yo te pago.
CA; Páganos / bien / y bien / le mataremos.
A; Yo les pago. / Mátenlo y pueden / de mi casa / todo llevarse.
CA; ¿Y tú?
A; No me tocarán, / ni sus gritos / ni sus dientes / ni el verde cuchillo / de sangre hirviente.
CA; ¿Te arrepentirás?
A; Habla tu hermano.


Y me gusta. El ritmo del verso no es bueno y tiene fallas en la pragmática (¿?) de la información, en cómo la doy. Todo resulta demasiado abierto. Siento que es un buen comienzo. Me gusta reconstruir el lenguaje, sé que me falta mucho, pero me gusta empezar a hacerlo, tengo que pulirlo.

Las razones de los personajes están poco trazadas... pero es la primera vez en mi vida que logro escribir una sinopsis en un día, clara y corta. Ya es ganancia, ahora tengo que ver cómo cuento esta historia...

Cada vez se me aclara más la idea de hacer teatro hacia algo. Estaba pensando escribir un monólogo para representarlo en escuelas, hablar sobre la drogadicción, la violencia, el alcohlismo, etc. Partir hacia la pedagogía, hacia la psicología, tener un acercamiento con el público.

Desde que llegué a México comencé a pensar en las tres divisiones del teatro: la escena, el patio de butacas y la mezcla entre los dos. No sé si es una división dialéctica, aunque lo parece (tesis = escena, antítesis = patio y síntesis = la relación). Creo que no lo es, porque cuando hablo de la síntesis, o de la relación entre el público y los artistas, no hablo del tiempo de representación, sino de otro tipo de teatro. Para aclararlo mejor, diría que existen tres tipos de teatro: el teatro para los artistas (como experiencia), el teatro para el público (como espectáculo) y el teatro como relación (como intercambio). Generalmente podemos encontrar estos tres teatros en una misma obra porque los actores actúan para sí, aprenden y disfrutan con su trabajo, los espectadores los miramos y estamos distanciados de ellos y hay un intercambio, aunque sea uno energético, o económico.

Para definir cada tipo tendríamos que mirar cuál es la jerarquía, ¿quién manda? Si el público manda, la experiencia artística será menor, mientras que, si el artista manda y su espectáculo está orientado a ser una experiencia "para sí", el público pierde importancia. El teatro que a mí más me importa es el de la doble relación, el que se conforma gracias al público y a los actores, el que cambia estructuralmente dependiendo los sujetos que lo crean y que lo observan. Un ejemplo, muy popular en esta época, es el teatro de improvisación. Sin embargo, tiene muchas limitaciones temáticas y estructurales. Además, no se logra una experiencia profunda de ambos, los espectáculos (sin ánimo de ofender) son superficiales y su deseo es divertir (lo que agradezco).

Me inspiro en las improvisaciones pero me pregunto: ¿se puede ir más allá? ¿Qué hay más allá? ¿Hacia dónde podemos ir? Me pongo una meta, llegar a la mente, hacer una verdadera psicoterapia social.

Tengo dos propuestas.
Un monólogo educativo con el que se cree una plática y una creación colectiva. Pienso en una obra como Peer Gynt, un personaje absorvente que se meta con el público, como lo hace con su madre. Tendríamos que improvisar y tener un guión flexible. Esta sería una propuesta de relación patio-escenario donde el artista haga fluir la energía.
Una sala de teatro que involucre al público que acude o que viva cerca (esta opción sería la más adecuada) de él y que se creara a partir del mismo público y para él. Se hablarían temas de importancia local con gente local. ¿Quién organizaría? Esa es una buena pregunta, un director fuereño, etc. Esta sería una propuesta de relación patio-escenario con un flujo de energía público hacia los creadores.

No voy ahondar en esto. Como pueden ver también propongo dos tipos de flujos, el que nace del público y que nace de los creadores, estos dos polos no sé si tengan que ver con lo que dije anteriormente y como ya me tengo que ir no voy a seguirle por ahí.

La conclusión
Quiero darle la vuelta a mi situación. Estudié teatro, me apasiona, pero quiero aplicarlo. Lo primero que se me ocurrió fueron estas dos ejemplos. Uno destinado a la psicología de unos jóvenes y otro a la salud de una comunidad. Creo en el teatro como centro neurálgico de la comunicación de una sociedad pero también como una relación íntima intelectual y emocional donde puede llegar a haber una "catarsis" psicológica... (ahí me seudoexpliqué mamoneando.)

Quiero llegar ahí, y debo empezar por dejarme de preocupar por mí y comenzar a preocuparme por los demás. No es ¿a qué me voy a dedicar para ganarme la vida? ¿Sino qué le va a dar a los demás lo que me haga ganarme la vida a mí? Como parte del pensamiento eco que nos viene por todos lados. No es ¿cómo consigo más agua? sino ¿qué voy a darle a la Tierra por regalarme el agua que recibo?

Les dejo un abrazo de AMOR Y PAZ super ñero, forever y niu aich. Hoy estoy de buenas, ¡el domingo regresa Paola!

lunes, 17 de diciembre de 2007

Vino a verme la que fuimos a matar












Viene detrás,
algo
camina sin sonar
dos
sus dientes blancos
de terciopelo
carmín.
Cae la tela
en hilos, en ríos
y ríe
la que camina detrás
está esperando
un baile rico
apasionado
sin piel
Dos
ojos blancos
una fiesta de color
acompaña
el caminar
de la vida
que vino
se fue
y vendrá pronto
de nuevo
por mí.

Un beso a los muertos.
Un abrazo a mi muerte
que un día
dejará
de esperar.
Publicado hace

Río, Ríes, Ríe










Corríamos
bajo las piedras
del, inmenso, río
mojándonos
los pies
en el camino

Siete largos años
(los corrimos)
pasaron
tras de sí
pasaron
y metí
(ciego y tonto)
al manantial
la sed

Cayó el llanto
callé

Volví
al manantial
del que bebí
sangre y vino
ya desnudo
ya caído
ya muerto y vivo

Volví al manantial
derrocado y mudo

Viví
como los perros
bajo el agua ladrando
Canté
como un jilguero
mas
callado el llanto

Y corro hoy de nuevo
solo y lejos
con estrellas
en el lomo
con soles en los dientes

Corro lejos
del manantial
y corro
sobre las piedras
del seco río
que mi sed tragó

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Poda

tengo que chambear. no me quería ir sin escribir. esta semana muchas cosas han pasado dentro de mí. Ayer me levanté en la noche, desesperado, con una sensación de querer expulsar todo lo que tenía dentro, mierda, meados, mecos. Pero no tenía nada... apenas gotas y pedos.

Desde que llegué siento que el viaje me ha ido limpiando de todo lo que no necesito, de lo que no es mío y de lo que no quiero. Me trasplanté. Me siento desnudo.


Pasé la semana en Zacatecas en la Muestra Nacional de Teatro. Me cuestioné muchísimo mi
visión del teatro, del arte y de la vida. Fui malpagado a vender la revista Paso de Gato. Quería ir y ver teatro, estar con la gente, conocerla, tampoco me importó demasiado ir de trabajo. La pasé bien. Me encantó ver teatro mexicano, entenderlo, reírme, odiarlo, aplaudirlo. Pero lo sentí lejano, no me siento teatrero, no me siento dramaturgo, no escribo, no hago teatro. Estoy como en el limbo y eso me desespera, no tomo partido, voy y vengo...



Me escribió Lizy, una amiguísima peruana, pintora, pongo unos dibujos de ella. Es una superartista bohemia, viviendo al día, luchando por conseguir sus amores, sus inspiraciones, sus colores. Hace incursiones en la calle... es un ejemplo, me inspira cada vez que me escribe, me llena de energía, me hace preguntarme, ¿y tú, qué chingados haces? ¿Cúal es tu postura?

















El taller de Lizzy.


Al menos ahora ya me dejé de sentir el chingón. Ya me harté de mi jueguito, ya me harté de querer sentirme el mejor, el más acá... en ese sentido México me ha limpiado. Aquí no se puede vivir con tanto teatro como en Madrid, eres o no eres, todo es más descarnado, más pronto se echa a perder lo alcanzado. Nada se conserva estable...

Y entonces, me pregunto, ¿cuál es mi postura? Yo quiero tener una vida conservadora. Casarme, hijos, un trabajo de 9-6. Pero también quiero hacer teatro, escribir, viajar... Lizy me mueve el terreno porque ella vive mucho más libre, confía más en sus decisiones. Recuerdo que buscó durante años estar en la Universidad en la que estudia. Lo logró y es feliz. Yo también he conseguido cosas pero no me doy crédito, o cuando las consigo ya no me gustan y quiero otras.

Al menos ahora sé que la escritura es mi herramienta. Quiero controlarla, usarla. Quiero crear ficciones, mover emociones, personas. Crear con la palabra. Parecía más sencillo antes. Ahora pienso mucho pero no hago. Quiero escribir una obra para un concurso sobre la violencia juvenil. Pero no me pongo con ello. Tengo que sacrificar algunas cosas, no puedo tenerlo todo. Y lo voy a hacer... ni pedo, quiero hacerlo, voy a ir a por ello. Y escribir otros libros más, al menos proyectarlos y presentarlos en editoriales. Por ahora esa es mi movida, espero que me vaya bien, mientras consigo algo más fijo, y si me va bien... Otra vez comienzo a hablar del trabajo...

Realmente de lo que quería hablar era del propósito que deseo tenga mi arte. Creo en el teatro como un arte social, de conjunto. Por un lado el público y los artistas, pero también los artistas en sí. En el teatro se juntan una gran cantidad de formas y técnicas, se dirigen hacia punto...

Seguiré mi corazón, seguiré a Brecht y a Lorca. Comparto su visión y quiero seguirla. Copiándoles y haciéndolos a mi gusto.

No sé qué tanto quería decir, al menos ahora ya estoy más traquilo. Me hacía falta escribir, escupir todo aunque no tenga sentido, tal vez después lo vaya teniendo.

Lo que quería decir es pequeño. Siento que en México tenemos mucho que hacer entre nosotros, los ciudadanos. No depender del "Gobierno" o de los "Extranjeros". Creo en las acciones pequeñas que nos pueden unir. Y quiero proponer en esta camaleón un taller terapia de escritura.

Quiero que este espacio, espero después moverme con la banda madrileña a otro servidor. Pero propongo para el que lea, que escriba algo y me lo mande. Y a través de ese escrito yo le haré ciertos comentarios, como Jodorosky; comentarios sobre su vida, sobre su forma de ver el mundo, etc.

Creo que analizar la escritura y unirnos a través de ella está chingón... jajajajja

Es el primer acercamiento que tengo a una posible utilización de la escritura como terapia, como forma de descubrirse a uno mismo. Así me funcionó a mí, así quiero que funcione a otros...

¿Quién se anima?











Ahí estoy en Zacatecas con el buen Abel que todas las mañanas se subía al cerro de la Bufa...

viernes, 9 de noviembre de 2007

Maestros

Estoy leyendo un libro que habla sobre el training de los actores. Es una recopilación de muchos hacedores de actores, de muchos maestros como lo han sido, desde Stanislavsky, Chéjov, Barba, Brook, Copeau, entre otros. Si les interesa profundizar en el tema léanse el libro. Está editado por la UNAM y por el INBA. Una nueva colección de libros teóricos de teatro. Los reseñaré para el próximo número de paso de gato.

Me vino una idea. Desde que llegué a México no he buscado trabajo en el mundo del teatro. He preferido el mundo editorial. Revistas, libros, webs. Me fascina la letra escrita, me doy cuenta que me interesa mucho más que el espacio escénico. Soy más teórico que práctico, uso más el músculo gris que los rojos.

Desde que llegué le he estado dando vueltas a la puesta en práctica del teatro en otros ámbitos. Trabajo social, Desarrollo Humano, Recursos Humanos, Drogadicción, etc. El teatro es una entidad muy compleja. Actores, directores, escenógrafos, iluminadores, dramaturgos, espacios, productores... Creo que sería mejor que me centrara en escribir, en conocer mejor mi mundo dentro de ese mundo que es el teatro. Descubrir el idioma español, controlarlo, escribir en otros idiomas, usar mis conocimientos de alemán o de inglés. Profundizar.

¿Por qué mencioné el libro del training al comienzo? Los nuevos maestros de la actuación crearon laboratorios de actores, estudios de actores. Pensaban en el trabajo del actor, en su formación de una manera integral, profesional, técnica, ética. Lo mismo se podría hacer con la escritura. Laboratorios de escritura. No sería importante lo que se escriba, sino desactivar los bloqueos que tiene el escritor, el alumno. No se impone una forma, un objetivo, sino que se plantean ejercicios para que la mente, el espíritu y el cuerpo (también se escribe con él, el cuerpo es memoria, es emoción), se liberen y puedan escribir libremente. La idea del escritor está dentro de sí, se deben enseñar los canales a través de los cuales las ideas fluyen. No importa el resultado, sino el proceso.

Son apuntes muy básicos, copiados de las teorías de nuestros artistas maestros. Grotowsky, Decroux, De la Croix, Appia, Meyerhold, Vakhtangov...

Lo que me une a ellos es la creencia de la dominación de un arte como forma de trascendencia. No buscaban hacer teatro, sino transformarse intentando hacerlo.

La camaleón, iría por ahí. Por la transformación, no importa cómo te veas, qué hagas, en dónde estés, siempre tienes que transformarte, que mimetizarte.

No expliqué nunca por qué la cama león. Me fascinan los juegos de palabras. También me gustó que cama y león pueden reconocerse fácilmente con un dibujo. Y la unión entre camaleón (mimetismo, tranformación, metamorfosis) y cama (pasión, descanso, puerta al mundo onírico) león (fuerza, corazón y determinación). De ahí viene. Espero que me dure el gusto por el nombrecillo este. jajaja

Me voy! Espero que alguien me esté leyendo. Y si sí, pongan un comentario, por saber que están ahí. Un abrazo.

domingo, 4 de noviembre de 2007

La Máscara

leía una investigación que hice sobre El Público de Lorca hace unos años.

me dio gusto ver que antes escribía peor que ahora. Algo he aprendido durante estos años. Hoy vuelvo a estar negativo. Mañana tengo una entrevista con el Director de Paso de Gato, me pidió que llevara una idea, una propuesta clara... y no la tengo todavía. Pensaba llevarle la investigación, pero no está bien, aunque es lo mejor que tengo. La imprimiré.

Sería importante saber qué van a hacer en su próxima revista... ni si quiera he leído el último número... me gana el ego... dí por hecho, antes de leer lo que escribí de Lorca, que eso me valdría.

También imprimiré las críticas que hice para Expresión y las que están en este blog, eso valdrá.

También quisiera proponerle una investigación sobre María Luisa Algarra. Ricardo Doménech quiere saber de ella, cree que puede ser interesante para España, no sé qué tanto para México. De todas formas quisiera hablar de ello.

Me voy a imprimir.

martes, 30 de octubre de 2007

Tres arañas





tres arañas
siempre unidas
al ojo
de la luna
al vivo caer
de las estrellas






una es sombra
otra es vida
otra es fantasía

una es muerte
otra es luz
otra es fantasía






tres arañas
siempre unidas
por la tela
del que mira



teje
laraña
tela












caen
escarabajo
y libélula

Un día más

Ayer conocí a Federico Catalano, un editor. Él es argentino pero ha vivido mucho tiempo en México. Dice que no le gusta Argentina para vivir, prefiere extrañarla. Un hijo suyo vive en Francia y otro en México. Trabaja en una editorial donde publican libros-regalo, se llama Vergara & Riba Editoras. Me ofreció trabajo como corrector de estilo. Me dijo cómo entrarle al mundo editorial. Necesito revisar los catálogos de las editoriales, escribir algo que pueda interesarles e ir a venderlo. De pronto, ventas se junta con la escritura. Sin embargo, me gusta esta opción. Es como tener un producto y venderlo, ser artesano y distribuidor. Voy a ponerme las pilas. Ya me estoy hartando por no tener nada fijo.

Me estoy obsesionando con esto del trabajo, me pongo a pensar que todo el mundo tiene trabajo menos yo, que soy un huevón... Pero seré más positivo. Si lo pienso y me quito las ansias me doy cuenta que ando contento, apenas llevo un mes acá. Estoy feliz de estar cerca de Paola, de Lila, de mi sisterna, de mis jefes. Estar en México me inspira, estoy teniendo mucho tiempo para pensar y para escribir. Estoy editando la revista de la oficina de mi jefe, con la que estoy aprendiendo mucho, y que me servirá de currículum.

No he ido mucho al teatro. Fui a ver Defendiendo al Cavernícola. Como obra no vale demasiado pero es increíble cómo le llega al público...

Hoy me fui a andar en bici con Lila, a Chapultepec, está agusto, según que vamos a hacerlo todos los martes y los jueves por la mañana, estuvo rico. Luego desayunamos jugo de naranja y zanahoria en su casa.

lunes, 29 de octubre de 2007

Un collache de un amigazo

Acá el Bora, un místico, me hizo este collache. Mencantó y lo posteo pa' que lo vea la gente.

Bora, un abrazo, gracias manito.

http://flickr.com/photos/shrimaitreya/

Devuelta decuatza















Me fui a Coatzacoalcos este fin de semana. Unos primos viven ahí y nos invitaron al festival Mosaico de Culturas. Cantó el coro del Colegio Alemán.

Estuvo muy agusto.

Si quieren que les cuente más, háblenme por teléfono.

Me pasó algo que hacía muchos tiempos no me pasaba. En el concierto del coro me vinieron dos ideas. La primera sobre una adaptación que estoy escribiendo, basada en la adaptación de Yukio Mishima, La mujer del abanico. Una obra de Teatro Noh.

Ya tenía el esqueleto visual, varias páginas escritas, sin diálogo. Tenía la estructura visual-espacial. Cómo lo veía en el escenario, casi como un cuaderno de dirección. Como decía, no había escrito diálogos, cuando quise hacerlo, me encontré sin conflicto, sin personajes, sin caracteres. Estuve dándole vueltas y no encontraba la solución. Una video-artista graba, a todas horas, a una mujer que espera con un abanico la llegada de su prometido, con quien intercambió el abanico que lleva, y que será el objeto de identificación cuando se reencuentren. ¿Por qué la graba? ¿Qué desea? ¿Qué la mueve? Pensé que estaba enamorada de la otra, que por eso la grababa. Pero no me convenció. No encontré respuesta. La siguiente pregunta, ¿por qué quería conocer a la que había estado grabando? ¿Qué conseguiría con ello?

Me gustaba la idea de que Jitsuko, la videoartista, creara una Hanako, la mujer del abanico, más real dentro de las grabaciones que la Hanako real. Me imagino ahora que, por ejemplo, todos los libros de Historia, crean una imagen más real de nuestro mundo contemporáneo que el mundo contemporáneo en sí. Algo por el estilo. Entonces Hanako se concebiría a sí misma mejor, a través de los videos. En la obra original de Mishima, Jitsuko es una pintora obsesionada con Hanako, tiene un sentimiento de posesión profundo, y ha hecho hasta lo imposible porque no se reencuentre con su amado.

Entonces.

Mientras escuchaba al Coro del Colegio Alemán, me vinieron unas imágenes, unos pensamientos claros. Necesitaba situaciones concretas, concisas. Un monólogo de Jitsuko explicándonos su versión, un encuentro entre Hanako y Jitsuko, el encuentro entre Hanako y su amante. Así la escribió, más o menos, Mishima. Lo que yo cambié fue la inmediatez. Todo sucede la misma noche, o al menos el mismo día. ¿Qué gané con esto? La desesperación, mis personajes actúan por desesperación y urgencia. ¿Qué tipo de desesperación? Pérdida del suelo. Jitsuko deja de filmarla para encontrarse con ella. Hanako, se accidenta, y permite a una extraña, que sabe todo de ella, cuidarla y entrar a su casa. Hanako se encuentra con Yoshio, y no lo reconoce.

Concreté las acciones a lo mínimo, al menos eso intenté. Fui desde afuera hacia dentro. De lo general a lo particular. ¿Qué me permitió esto? Tener material prima para escribir los diálogos, ahora los personajes hablarán, tienen razones para hacerlo.

Mi próximo problema es que tanto la obra de Mishima como el teatro Noh, son retóricos. Hablan un huevo, cuentan un chingo. Yo me siento atado, porque me gustaría no hacerlo, encontrar situaciones dramáticas dialécticas, pero no puedo. De alguna forma el destino de los personajes es mayor que sus encuentros, que sus conflictos... no sé si me explico bien. La cuestión es que voy a experimentar hacia mi lado Trini. Personajes que hablan poéticamente, retóricamente, y que nos llenan de imágenes. Esta obra tendrá videos, creo, según me dijo el director que me la encargó, entonces tenemos espacio para esto. Espacio y tiempo para dejar que los personajes hablen, para crear atmósfera, ritmo, poesía dramática.

Espero poder lograrlo.

La otra idea que me vino en el concierto fue una obra de maltrato que he tenido en la cabeza desde hace dos o tres años... no sé cómo resolverla, pero está ahí, detrás de mí.

Por ahora eso es todo. Quería dejar escrito esto porque me encantó haberme inspirado en un concierto de música. El arte se alimenta del arte.

Les dejo una foto del concierto.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Refrescando

Voy a escribir más seguido. Hace rato que no entro y tengo muchas cosas qué contar. Hoy me encontré con el buen Borayín y me animó a entrarle a una página en donde se ponen a hacer tareas artísticas. Collages, textos, etcéteras.

Pongo el link y vuelvo pronto. No me pierdo, nomás que ando disperso.

www.flickr.com/groups/latarea

También estoy viendo lo de la página dramae hice un blog

www.dramae.blogspot.com

Pero todavía no hay nada puesto. Quisiera comprar el dominio y meter a la camaleón ahí dentro, y otros proyectos. Estoy disperso...

Ni he tomado fotos casi, ni video, ni nada... pero ahí va la vida felizmente avanzando.

De acá me despido.

lunes, 8 de octubre de 2007

Die Dreigroschenoper

Die Dreigroschenoper

Bertolt Brecht

Dirección: Robert Wilson

Berliner Ensemble 28.09.07

Dirección, Escenografía, Luces: Robert Wilson
Vestuario: Jacques Reynaud
Dirección Musical: Hans-Jörn Brandenburg, Stefan Rager
Dramaturgia: Anika Bárdos, Jutta Ferbers
Luces: Andreas Fuchs

Con: Christina Drechsler, Anke Engelsmann, Ruth Glöss, Traute Hoess, Franziska Junge, Marina Senckel, Gitte Reppin, Gabriele Völsch, Angela Winkler; Heinrich Buttchereit, Jürgen Holtz, Boris Jacoby, Roman Kaminski, Stefan Kurt, Christopher Nell, Walter Schmidinger, Martin Schneider, Konrad Singer, Jörg Thieme, Georgios Tsivanoglou, Axel Werner, Mathias Znidarec

La famosa Ópera de los cuatro cuartos es una de las primeras obras de éxito que escribió Bertolt Brecht. La hizo junto al genio musical Kurt Weil. Fue escrita en el año …, entre las dos guerras. Se estrenó en Alemania bajo la dirección de Piscator. Se dice que el público en el estreno, al comenzar la obra, no se movía, no aplaudía, no se reía, simplemente miraba atónito. Nadie había visto algo igual, comenzaba la carrera de uno de los más influyentes hombres de teatro del S. XX con su particular visión del teatro y la política.

Robert Wilson, por otro lado, es uno uno de los más famosos directores de la escena contemporánea. No es común en su estilo trabajar tan rígidamente como en esta ocasión. No le dejaron modificar el texto ni la música, por lo que su trabajo se ciñó a la dirección de actores y a la puesta en escena.

Esta fue la primer obra dirigida por Wilson que veo. Me pareció sorprendente cuánto expresa con medios tan simples, que no pobres. En esta obra, por ejemplo, usó únicamente las tonalidades azul, rojo, blanco y negro. Los personajes iban de negro y blanco. Jugó constantemente con delgadas líneas de luz que constrastaban con el fondo negro, con ellas creó todos los espacios de la obra. Las escenas sucedían en la corbata, a telón cerrado, o dentro del escenario. El espacio sonoro también fue determinante: sonidos de puertas o de cortinas inexistentes, pasos, golpes, etc. Ahí faltó una mayor coordinación entre los técnicos de sonido y los actores. Las acciones no siempre correspondían al sonido que tenían asignados.

Las caras blancas, los gestos grandilocuentes y las muecas expresivas tan comunes en la dirección de Robert Wilson, acompañan la estética del grotesco y la influencia del cabaret hayada en el texto y la música. Los actores, por su parte, lograron emocionar al público en diferentes ocasiones. En especial Angela Twinkler en el papel de Spukeljenny y Jürgen Holts como Peachum, también Stefan Kurt en el papel de Mackie Messer. Yo quisiera remarcar la interpretación de Christina Drechsler en el papel de Polly, el público fue muy frío con ella pero, a mi parecer, fue la que mejor llevó a escena la práctica de Robert Wilson. Él mismo, durante la plática que dio el pasado sábado, alabó la técnica de la actriz.

Este fue el dilema de la puesta en escena. La obra de Brecht y Weil es muy conocida por el público berlinés y la estética del mismo responde a una forma teatral arraigada en la cultura alemana. Cuando Wilson la lleva a escena, sin poder cambiar texto ni música, la obra cabalga sobre dos lomos, no hay una homogeneidad entre lo que escuchamos y lo que vemos. El público y el texto piden una cosa, Wilson nos da otra. Por no haberse hecho una adaptación del texto, fue imposible conseguir un diálogo entre éste y la puesta en escena de vanguardia.

Yo no podría decidir entre uno y otro, y mucho menos cuestionaré el trabajo que vi. Lo más sorprendente es la tensión de ambos genios. La obra de Brecht tiene algunos fallos en ritmo y construcción que el autor en sus obras posteriores corrigió con maestría. La dirección de Robert Wilson es fascinante, especialmente para el que lo mira por primera vez. El experimento fue un éxito, aunque algunos críticos fueran duros con él. La obra funciona y el público, durante casi tres horas, se mantuvo con el culo en el asiento y la mirada en la escena.

Brecht luchó por una sociedad más justa e igualitaria, condenando siempre la desigualidad y los abusos de poder. Su teatro era más que una simple propuesta estética. En Robert Wilson, y en la visión contemporánea del Berliner Ensemble, se ha perdido por completo esta lucha. Hoy en día los artistas luchamos más por sobrevivir económicamente que por una causa social. Nuestra causa es el Arte, l’art pour l’art. ¿Es válido? Lorca, otra noble figura, no pensaba así. Me entristeció darme cuenta de ello en esta obra y espero que vuelvan los grandes artistas que renovaron el arte y a la sociedad de su tiempo, preocupándose más por aquello que decían y no por la forma en la que lo decían.

domingo, 30 de septiembre de 2007

Tirant lo Blanc


Tirant lo Blanc
a partir de la novela de Joanot Martorells

Dirección: Calixto Bieito/Teatre Romea
Una coproducción del Institut Ramon Llull, Teatre Romea (Barcelona), Hebbel am Ufer (Berlin), Ajuntament de Viladecans y el schauspielfrankfurt im Rahmen der Frankfurter Buchmesse Frankfurt 2007 Catalán con subtítulos en alemán.

http://www.hebbel-am-ufer.de/



La Fet a Catalunya se inaugura en la sala grande del Hebbel am Ufer con la presentación de Tirant lo Blanc, novela medieval de caballeros escrita por Joanot Martorells.

El espacio diseñado por Alfons Flores nos recuerda a una pasarela de moda. Un profundo escenario en forma de T nace a pocos centímetros del patio de butacas y se bifurca hasta el final de la escena. Una enorme pantalla al fondo y dos al frente, en cada lado, nos mostrarán diferentes escenas: una autopista al modo de Lost Highway, diferentes fiestas populares españolas y escenas de animales muriendo a manos de los hombres.

En medio del escenario, durante una importante parte de la obra, se instalará una cocina con varias decenas de verdura fresca, una paella en cocción y un par de conejos desollados. El caballo de Tirant lo blanc es una enorme figura de madera que estorba más de lo que ilustra.

El vestuario es ecléctico. Encontramos escotes y corsettes dieciochescos; mallas de hierro y armaduras medievales; vestimenta contemporánea de un chef; la desnudez absurda de un joven; el tutú estilizado de una enamorada; la vestimenta de un cardenal.

Todo en esta obra es pastiche, suma, aglomeración: los ingredientes de una gran paella dentro de una bolsa de plástico.

El director crea un paralelismo entre una Fet y las pasiones. Ningún amor se podrá conseguir sin dolor y todo dolor es fiesta. Muy mal desarrolladas quedan las figuras de la novela, la construcción dramática de la mismas. Los actores se esfuerzan, y logran por momentos, enunciar el texto con belleza, pero la puesta en escena los distrae contínuamente. Durante una gran parte de la obra las acciones de los actores, que no de los personajes, nos entretienen regando la sangre de los conejos, dando de comer al público, jugando con las verduras de la cocina y bebiendo vino. Es una pena que no logren hacer ni una cosa ni la otra bien. Se les nota inseguros, saliendo sin quererlo de personaje. La utilería no forma parte de la ficción. Hay una brecha enorme entre el trabajo con el texto y el de la escena.

La propuesta es interesante, sin embargo, la ejecución es aburrida y sosa. El juego de significados con las pantallas también queda en el aire. En ciertos momentos las imágenes son ilustrativas, en otros simbólicas, en otros forman parte de la escena. Lo mismo pasa con los gestos de los actores.

Es una lástima ver tanto esfuerzo desperdigado. Los actores merecen los aplausos y las ideas de Calixto, si se hubieran fundido con la profundidad del texto y con la hermosura de sus palabras, tendrían algún valor. No vimos nada nuevo en esta noche. sólo el paso de un caballo de madera.

No encontré fotos pero ahí tienen un vídeo... video.

sábado, 29 de septiembre de 2007

Neón


Temprano a desayunar.


















Berliner Ensemble



































das alte Museum






teatro Renaissance















Mensa, ella.










Que lea un poco, se le quitará.










Bauhaus














Al cine se va








en bici.



Puertas: azul








entrel rojo y el blanco.



de cerca engaña
el gato a la araña




En Berlín se respetan los cadáveres.

Hacia mi casa iba, cuando un cadáver encontré.
¿Qué le voy a hacer? Lo honraré.

























Berlín.
Puente cerca de Schiffbauerdammstrasse.
S-Bahn Friedrichstrasse.














los peatones respetaban
las venas de cerveza derramada,
los vidrios tristes.

sonreían
se extrañaban
con cuidado
pisaban






















pasamos todos
nos fuimos todos
y a la mañana siguiente
el cadáver
había
se
i
do


lunes, 24 de septiembre de 2007

Robert WIlson nos cuenta sobre su vida


Robert Wilson erzählt über seine Arbeit Die Dreigroschenoper

In englischer Sprache

Berliner Ensemble 22.09.07

Robert Wilson nos tenía que hablar de su trabajo en La Ópera de los 4 cuartos. No lo hizo. Nos habló de su vida, de sus influencias y de sus favoritos. La obra tenemos que ir a verla.

Yo conocía su trabajo por un ejercicio de clase que hizo Lucía Carballal en Espacio Escénico I. Pero no he visto nada de Wilson, y lo que sabía de él era que sus obras duraban mucho, que le gustaba el color azul y que sus personajes se movían lentamente y casi sin pronunciar palabras.

Ahora no sé mucho más de su teatro pero sí de su persona. Es tejano, nació en un pueblo llamado Wako. Se fue a Nueva York a estudiar y a trabajar. Ahí conoció la danza de George Balanchine, de Merce Cunnigham y la música de John Cage. Le maravillaron. Lo que veías era lo que veías y lo que oías era otra cosa. También fue por primera vez a ver una Ópera y los Musicales de Broadway, no le gustaron y siguen sin gustarle. Son demasiados planos.

Le encanta un bailador de Tap blanco, un cómico estadounidense (no recuerdo su nombre) y sobre todo Marlene Dietrich.

Pero no sólo tuvo influencias estéticas de otros artistas. Cuando tenía 27 años conoció a un chico afroamericano sordomudo de trece años. Un policía estaba por golpearlo pero el buen Bob fue a salvarlo. En casa del pobre chico pensaban que era retrasado, y la policía había decidido que debía ser institutionalized. El señor Wilson lo adoptó y le dio una educación de calidad. Ahora trabaja, tiene una novia y un Buick azul.

Gracias a este chico, Andrew, Bob aprendió a observar con más atención los movimientos de las personas. Miró los innumerables gestos que conforman una sola acción. Después conoció a un chico con deficiencias mentales y de él se inspiró para crear un lenguaje muy sofisticado y matemático.

Nos habló también de una experiencia con unos lobos en el Zoo-Garten de Berlín. Cómo lo miraban inmóviles mientras él, igualmente inmóvil, les miraba. Estuvo parado frente a un oso durante casi una hora sin moverse. Eso desea hacer con el público, mantenernos inmóviles y atentos como a una manada de lobos. Hacía tiempo que no escuchaba a un artista hablar claramente de lo que desea conseguir con su trabajo. Él desea el control del público, lo dice muy honestamente. Me recordó a Wagner apagando las luces de la sala, cerrando las puertas del teatro y haciendo incómodas las butacas. Él también quería mantener al público atento y desorbitado.

Citó a Ezra Pound: En la cuarta dimensión hay stillness y el poder sobre las bestias. El hombre es el animal que más control puede llegar a tener sobre su cuerpo-mente-espíritu porque conocemos el vacío y la plenitud.

El viernes iré a ver la obra. Estoy muy emocionado. Creo que me quitará el mal sabor de boca de los últimos dos espectáculos que fui a ver.

Durante la plática criticó un par de veces a los alemanes. Es un hombre muy directo y que controla el escenario como pocos. No es sólo director, sino también actor. Sabe el efecto que tienen sus movimientos y sus palabras, todo está muy medido. Me pareció un hombre noble. Me hizo interesarme por él y por su vida. Agradecido quedo, el arte no es sólo arte, es vida, es personalidad, es experiencia.

Nord


Nord

Eine Grandguignolade nach Céline von Frank Castorf

Con: Annekathrin Bürger, Marc Hosemann, Irina Kastrinidis, Young-Shin Kim, Michael Klobe, Sir Henry, Milan Peschel, Lore Richter, Silvia Rieger, Lars Rudolph, Bernhard Schütz, Matthias Schweighöfer, Norbert Stöß, Herman Herrmann (Gitarre, Mandoline), Boris Jöns (Mandoline) und Ole Wulfers (Gitarre, Mandoline)

Dirección: Frank Castorf
Escenenografía y vestuario: Bert Neumann
Dramaturgia: Dunja Arnaszus

Por fin fui a la Volksbühne. A mi pesar, fui por fin a la Volksbühne. Tenía mucha ilusión por ver una obra de Castorf, especialmente en ese teatro. El ambiente que se vive dentro de él es muy especial. Es un teatro del Este, como el Berliner Ensemble. Siempre estuvo comprometido con el pueblo, con su lucha, con sus intereses. Se dice que las entradas han sido siempre las más baratas, lo fueron.

Me pidieron el carné de prensa. Con larga cara de vergüenza dije: No tengo, aquí el carné de mi escuela. La revista es la de la escuela. La encargada de prensa me miró con desconfianza y me dijo OK mientras me daba las entradas y un librito-programa de la obra.

La obra no me gustó en lo absoluto. Como en Moliére, todo fueron gritos y grandes gestos: Eine Grandguignolade. Los personajes estaban tratados desde una interpretación expresionista, grotesca. No existía profundidad en esta obra. Todo era una enorme forma sin fondo. ¡BAH! Aburrido.

Los actores poco valiosos. Muy planos y poco creativos. Demasiado repetitivos. Uno, tralalá, el de más pequeños papeles pero con gran experiencia sí logró hacer reír en más de una ocasión y recibió merecidamente bravos al final de la obra,

Alrededor de la escena, funcionando como bambalinas, unas enormes tiras de plástico gris-plateado de unos 2-3 metros de ancho, que nacían en el techo y morían en el suelo. Estaban unidos por una frase: Die another day. No me pregunten por qué.

En medio de escena un enorme vagón de tren que sirvió como espacio múltiple: como vagón, como casa, como almacén de utilería, como lugar de fiesta. Este fue el signo mejor logrado de la obra. Nos hablaba del tiempo de la guerra, del tránsito, del viaje. Todo ello en la obra de Céline.

Todavía más triste fue la banda musical. Copiando las películas de Kusturica, una banda acompañaba a los personajes, salía y entraba de escena. La banda era buena, al igual que la música, pero muy poco original la decisión del director.

Algunas personas se salieron. La mayoría aplaudió con emoción. Los actores salieron tres o cuatro veces a recibir las ovaciones. Me gustará leer otras críticas.

lunes, 17 de septiembre de 2007

Tod Eines Handlungsreisenden

Arthur Miller
Schaubüne 13.09.07

Dirección: Luk Perceval

Con: Thomas Thieme, Bruno Cathomas, André Szymanski, Carola Regnier, Ulrich Hoppe, Christina Geiße, Michael Rastl, Christian Schmidt, Marcus Schinkel


La parte anterior del escenario está cubierta por macetas con árboles, todas las entradas y las salidas se llevarán a cabo a través de este bosque. Entre los árboles y el público quedan cinco secos metros donde sucede la vida de Will sobre un sofá. Frente a él, una televisión.

La vida de Will es desgraciada. No hay comunicación entre él y su esposa, aunque el cariño de ella no se ha perdido. Uno de sus hijos, Biff, de 35 años de edad, depende económicamente del padre. Tiene problemas de habla. El otro hijo, inmaduro y egocéntrico, es vendedor en una tienda de deportes. Sigue el ejemplo del padre, pronto se casará.


Will está cansado, es viejo y no desea continuar viajando por el país buscando compradores. En los últimos meses se ha salido de la carretera en diferentes ocasiones. Ha estado a punto de morir.

Arthur Miller, para contrastar aún más la miseria y la inutilidad del personaje, lo contrasta con “Unkel Robert”, quien ha logrado salir adelante en la vida, con un buen trabajo. Por orgullo y envidia, Will no desea trabajar para él a pesar de que en diferentes momentos le ofrece trabajo.


La puesta en escena no se conforma con los personajes que creó Arthur Miller. Pone en escena tres alegorías: El Sexo (una prostituta con quien Will tiene relaciones), La Muerte (un personaje inmutablemente serio y elegante) y La Locura (un joven vestido de tópico pielrroja que juega con los dos hermanos). Son una opción muy inteligente por parte del director pues crea con ellos un mundo paralelo y simbólico que aclara el mundo mítico del que nace la tragedia milleriana (millenaria.)

El espacio es la materialización de la mente de Will, quien evade y entierra sus problemas en los matorrales. El protagonista ha ido siempre hacia delante, sin pensar en el pasado, sin pensar en las consecuencias de sus actos. Ahora se encuentra con un pasado que le ataca y del que no puede escapar. Ahora les da la espalda y mira el televisor.

No hay fallo en esta puesta en escena. Las interpretaciones, especialmente la de Thomas Thieme, en el papel de Will Loman, tienen un grado de vivencia y trabajo de personaje que conmueven y sacuden al público. Mientras que la dirección escéncia y los personajes secundarios distancian al espectador, la familia nos entristece y llena de compasión. Nada nos sorprende, todo está dicho desde el comienzo, y sin embargo en ningún momento dejamos de interesarnos por el trágico destino de sus almas.


Unter dem Eis

de Falk Richter

Schaubühne 12/09/07

Dirección Falk Richter
Escenografía Jan Pappelbaum
Vestuario Martin Kraemer
Espacio sonoro Paul Lemp
Dramaturgia Jens Hillje
Video Martin Rottenkolber
Luces Michael Gööck

Interpretación

Aurelius Glasenapp André Szymanski
Paul Niemand Thomas Thieme

Karl Sonnenschein Mark Waschke
Ein Kind Vincent Redetzki
Jonathan Thüringer

Tres actores entran a escena. Se sientan tras una enorme mesa negra que ocupa la mayor parte del escenario. Las luces del patio de butacas continúan encendidas mientras los tres ejecutivos nos desnudan; dos jóvenes y un hombre maduro. La cuarta pared se esfuma fuera del teatro. De pronto, Paul Niemand, el mayor de los tres, a gran velocidad y con nerviosismo nos cuenta un evento donde su vida corrió grave peligro. El espacio se ilumina con una penumbra azul, que junto al espacio sonoro crean una atmósfera subacuática y fría: Unter dem Eis (Debajo del hielo.) Los otros dos continúan mirándonos, sin importarles la historia del tercero.


Al terminar esta escena, Aurelius Glasenapp y su compañero, Karl Sonnenschein, se enfrentan a Paul en una entrevista de trabajo. Hacen notar que está muy viejo y que no tiene la fuerza ni las herramientas para continuar siendo vendedor. Las nuevas generaciones expulsan a las viejas. Más valor tiene en el mundo de los negocios la innovación que la experiencia.

La obra está tejida con diversos soliloquios donde cada personaje cuenta sus pensamietos sobre la vida. En uno de los soliloquios, Karl Sonnenschein, se acerca a nosotros y nos habla como si fuera una charla lavacerebros para ejecutivos. Muy abiertamente, el autor descubre la brutalidad con que algunas empresas trabajan. La jerarquía, la importancia del buen vestir, de formar parte del grupo, del equipo. Todo está expuesto de forma ácida y crítica. Paralelos quedan los valores de las dictaduras y de las empresas.

En la puesta en escena y en el texto se remarcan las contradicciones entre la vida humana y la empresarial. Mientras que Paul Niemand nos cuenta un evento emocional de su vida, los otros dos sólo hablan sobre la materia: dinero y poder.

Se abusa de los soliloquios y de la acción preeminente de un personaje sobre los otros. El texto está construido de forma muy simple y, aunque el tema que trata es de gran profundidad, no supo el autor crear situaciones entre los personajes. Si podemos valorar algo del texto es la tensión constante que se crea entre la escena y las butacas; formamos parte de la acción y lo que parece un soliloquio es en realidad un monólogo con el público.

Un tema atractivo pero mal desarrollado, una puesta en escena formalista y unos actores que inyectan verdadero dramatismo a la pieza.


lunes, 10 de septiembre de 2007

Kebab


Kebab

Schaubühne am Leninerplatz (08.09.07)

Autoría Gianina Carbunariu

Dirección Enrico Stolzenburg

Actores Lea Dräger, David Ruland, Rafael Stachowiak.


Madalina, una joven rumana, viaja a Irlanda soñando convertirse en una gran bailarina. Durante el vuelo hacia Dublín conoce a Bogdan, un estudiante de artes visuales con el mismo propósito que ella: no volver a Rumanía. Él tiene una visa de estudiante y ella vivirá con su novio, Voicu. Ninguno de ellos imagina salir de la miseria significará adentrarse en el despropósito.

Gianina Carbanaru, actualmente directora en varios de Bukarest, inventa una historia dolorosa sobre la prostitución forzada en los países primermundistas. La obra sale adelante gracias al ritmo acelerado que consiguió a través de escenas potentes y cortas. En cada una de ellas la autora cambia el espacio de la fábula y juega con elipsis de tiempo.

Muy agradecido quedo por la construcción tan simple, pero multifacética, de sus personajes. En ellos no vemos el cliché de la prostituta forzada, ni del novio canalla, ni del estudiante ingenuo. Todos ellos son, a pesar de las etiquetas, tres personas con nombre y apellido.

La dirección es muy astuta. Por una parte los actores salen contínuamente del papel, aligerando la carga emocional de sus personajes. En cada escena ellos se muestran frescos, aunque tristes, lo que contradice enormemente la realidad en la que están viviendo. Enrico Stolzenburg infantiliza a los personajes mostrándonos cómo juegan, ríen y sueñan ingenuamente. No vemos el cliché del producto de la miseria tercermundista, sino a dos hombres y una joven mujer ignorantes y atrapados en sus fantasías. Una mirada llena de compasión y con una carga moralizante mínima.

Las actuaciones son excepcionales. Se transmiten la energía como un gran equipo. Ninguno brilla menos que otro, se acompañan, como una verdadera “familia rumana”.

Es una obra realista, dura, ácida. Las sonrisas caen pronto. El tema podría llevarnos al melodrama pero todos los creadores de este montaje logran volar hacia la tragedia y llegar a buen puerto.

Esperando a Godot

Berliner Ensemble

Warten auf Godot 06.05.07

Dirección: George Tabori
Escenografía: Etienne Pluss
Vestuario: Margit Koppendorfer
Dramaturgia: Hermann Beil,
Anika Bárdos

Con: Roman Kaminski, Gerd Kunath, Peter Luppa, Michael Rothmann, Axel Werner


Sobre el telón cerrado se proyecta una imagen de Cristo en procesión (es un cuadro del medioevo, pienso si fue es de El Bosco.) Frente al telón, en la corbata, dos bancos de parque. En el lateral izquierdo de la corbata hay una mesa, sobre ella una cámara fotográfica y debajo una botella plástica de agua. Del lado contrario un sillón alto y tapizado de piel.

Se abre el telón y nos encontramos a Didi fumando al fondo, mientras Gogo llama su atención quitándose el zapato. Ninguno de los dos parece miserable, al contrario, muestran un joie de vivre esperanzador. Los diálogos fluyen, casi como un juego, una rutina entre los dos. No muestra, el director dos personajes en su lucha existencial, sino a dos entrañables amigos.

El trabajo de dirección actoral es intrigante. Vladimir tiene una conección directa con el público. Nos dice algunos apartes y en un momento dado nos incluye en la acción. En la mesa de la izquierda, donde la cámara fotográfica, se sienta la apuntadora. En diferentes ocasiones los personajes saldrán de escena para preguntar su frase. Sin embargo, los actores nunca dejan de representar el papel, sólo cambian la acción propuesta por Beckett. Logran un distanciamiento constante, puesto que se evidencia la carne del actor, pero éste nunca deja de representar. Se juega con el espacio de la acción, el dramático y el extradramático, el que no es propiamente de la obra.

El director y la dramaturga interfieren directamente en el texto. Parte del segundo acto está cambiado en su totalidad para reafirmar, lo que yo podría decir, es la incomunicación en la que los cuatro personajes viven. Por ejemplo, se nos muestra la vida interior de Lucky, su punto de vista. Estas son unas de las grandes aportaciones de la puesta en escena, no dejan al texto en su incertidumbre sino que luchan por darnos su visión del texto.

El vestuario ayuda a dignificar a los personajes. Son desempleados pero con buenos abrigos y sombreros. A pesar de vivir en la calle no se ven sucios ni harapientos. El niño, que llega al final de cada acto, es interpretado por una persona de baja estatura vestido de rojo. Aun que muy atractivo, su significación queda sin explicarse, en el aire. La iluminación y la escenografía son mínimos. Luz blanca durante la mayor parte de la obra. Al fondo de escena hay un megáfono con un aro de neón que en ocasiones se enciende apagándose las luces de la escena.

El gran problema que tiene esta obra es el ritmo. La delgada línea creada por Beckett entre mostrar la espera como acción dramática y las acciones durante una espera no se ven claramente. En ocasiones parece que estamos esperando que los actores reanuden la acción, la decisión, aparentemente conciente del director es mantener la atmósfera de espera inlcuyendo al público durante la obra.